miércoles, 5 de noviembre de 2014

13. Baalbek



13. Baalbek

Mucho más tarde, hace 13.000 años, tras el diluvio todas las ciudades de los nefilim construidas en Mesopotamia habían resultado sepultadas por millones de toneladas de lodo, incluso las instalaciones de lanzamiento de cohetes de Sippar. En cambio, las instalaciones de Baalbek no habían resultado cubiertas de lodo, y los daños sobre ellas no eran demasiado grandes. Allí permanecían las grandes plataformas de piedra para el aterrizaje y la esquina destinada al lanzamiento de naves. Enlil tuvo que recurrir a la cámara de Creación que estaba blindada desde hacía muchísimos miles de años para que nuestro planeta volviera a ser una gigantesca plantación de vegetales y animales. De allí salieron semillas, plantas y todo lo necesario para la supervivencia del planeta en tan trágicos momentos. Los nefilim se dedicaron a reconducir las aguas que estaban secándose y depositándose solo en lugares bajos y a tareas similares.



Destruido el corredor de aterrizaje de Mesopotamia era preciso crear uno nuevo que garantizase el aterrizaje seguro en Baalbek y también el despegue con la máxima seguridad. Para su diseño se encomendó la búsqueda de los lugares adecuados a dos topógrafos, los “divinos portadores del cordón”. Estos, desde la atmósfera eligieron dos montañas como referencia: Ararat, con sus dos montes, que ya era la vieja referencia y los dos picos más altos del Sinaí (actualmente llamados Santa Catarina y Musa, en el sur de la península). Ararat, los picos Sinaí, y Baalbek no estaban alineados así que tuvieron que ingeniar una solución. Trazaron una recta que pasara por Ararat y Baalbek, esta recta cruzaba Egipto, después trazaron un arco con centro en Baalbek que pasara por la referencia del Sinaí cortando la anterior recta en un punto próximo al delta del Nilo. Como en ese punto de cruce no había nada que sirviera de referencia fue necesario construirla. Así se decidieron construir los “picos del Nilo” como referencia para el corredor de aterrizaje.








En relación a los dos topógrafos, los “divinos portadores del cordón” recordemos un pasaje del libro de Enoc, donde se cuenta que, cuando él estaba siendo llevado por un ángel para visitar el paraíso terrestre, «vio aquellos días dos largos cordones que eran entregados a ángeles que tomaron alas y partieron para el norte». Respondiendo a las preguntas del patriarca, el ángel explicó: «Ellos partieron para medir… traerán las medidas de los justos para los justos… todas esas medidas revelarán los secretos de la tierra».

Se iniciaron las obras de la referencia sur, los picos del Nilo, naturalmente artificiales, los picos del Nilo, naturalmente artificiales, primero una maqueta (la pirámide de Micerino) y luego los dos picos gigantes (Keops y Kefren).


Baalbek no significa Valle de Baal como dicen los eruditos (¿eruditos?) sino Llanto por Baal. Es por el recuerdo de la muerte de Baal en su combate con Mot (por la instalación de un Omphalos), el descubrimiento y transporte de su cuerpo sin vida y el entierro hecho por Anat y Shepesh en una caverna de Baalbek.

“Ellas encontraron a Baal caído en el suelo;
El postrado Baal está muerto;
El príncipe, señor de la Tierra, pereció…
Anat llora todo lo que puede…”

Este llanto de Anat por Baal da el nombre actual de Baalbek.

“…Para la fortaleza de Zafón él lo lleva,
Lo lamenta, lo sepulta,
Lo coloca en los agujeros de la tierra.”

Esa vasta plataforma, ese inmenso podio, construido para soportar pesos colosales: la fortaleza de Zafón (“templo”), un área prohibida (“sagrada”) amurallada, un podio de construcción extra-fuerte y, sobre él, la Cámara Celestial con forma de cohete para el lanzamiento.

Baalbek es el Lugar Oculto de Gilgamesh: La muralla invencible, el portón que atolondraba a quien lo tocaba, el túnel hacia «el recinto donde son emitidas las palabras de comando», la «morada secreta de los Anunnaki», el monstruoso guardián con su «rayo flameante».

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