martes, 28 de octubre de 2014

4. El plan de Gilgamesh.

4. El plan de Gilgamesh.

Gil.Ga.Mesh expresó a su gran amigo En.Ki.Du su angustia por no lograr la longevidad de los nefilim, a la que él debería tener derecho. Le habló de la morada de los nefilim, que está en un lugar desconocido, y que para lograr la longevidad debería encontrar ese lugar, encontrar a su “tataraquintopadre” Shamash que es la autoridad en ese lugar, con su hermano Adad, para convencerles. Con la intercesión de ellos ante los jefes nefilim podría alcanzar su longevidad.

Su amigo se dolió con él y recordó que él había descubierto la morada de los nefilim en el “Líbano” cuando iba con sus amigos los animales salvajes. Le contó que es un lugar entre montañas, entre bosques de cedros, un lugar inhóspito y desierto de humanos. En ese lugar vive un terrible monstruo Huwawa, El guerrero flameante, con boca de fuego y aliento de muerte, con un rugido como una inundación. Un monstruo que nunca descansa.

Huwawa, era un poderoso robot con rayos mortales. Enlil lo mandó colocar allí para alejar a los humanos de sus instalaciones aeroespaciales. Al saber esto Gil.Ga.Mesh no se arredró sino todo lo contrario. Se propuso ir con su amigo al lugar subterráneo de Shamash, en la Montaña de los Cedros, para desde allí, escalar el cielo, y lograr su longevidad.

Se puso de rodillas y rogó a Shamash «¡Déjame ir, oh, Shamash! Mis manos están erguidas en oración… al Lugar de Aterrizaje, dá la orden… ¡Cúbreme con tu protección!». Cuando Gilgamesh obtuvo respuesta negativa «lágrimas escurrieron por su rostro».

Gilgamesh decidió continuar a pesar de no contar con el apoyo de Shamash. «Si yo fracasara el pueblo se acordará de mí. Gilgamesh, dirán, cayó luchando con el feroz Huwawa, pero, si yo tuviera éxito, obtendré un Shem, el vehículo con el cual se alcanza la eternidad». Así, Gilgamesh empezó a fabricar armas para su lucha.

Los nobles de Uruk intentaron disuadirlo de su peligroso empeño, inútilmente. Gilgamesh sabía que Huwawa no era un animal sino un engendro artificial «una máquina de sitiar» y pensaba que Shamash y Adad que entendían de ese tipo de máquinas lo podrían controlar. Fue a pedir ayuda a su madre. Le contó su plan y le pidió que rogara a Shamash por él. Ninsun fue al lugar de comunicación, se puso el traje correspondiente con sus complementos técnicos y habló con Shamash a través de él. Ninsun le pidió su protección para su hijo:

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Sus conciudadanos salieron a despedirlo. Pidieron que Enkidu fuera delante para protegerlo. Ninsun también se despidió. Y los dos amigos partieron para su peligrosa aventura.



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